La Gobernación de Risaralda bajo el liderazgo de la Secretaría Administrativa y una mesa donde tienen asiento secretarías como Planeación, Educación, Salud, entre otras; está consolidando un importante iniciativa denominada “Risaralda Ecológica”, dirigida en primera instancia a los funcionarios y contratistas de la entidad y en segunda fase, para la ciudadanía en general; buscando promover, sensibilizar y encontrar soluciones en la gestión integral de los residuos sólidos, además de la racionalización de recursos como el agua y la energía.
En este propósito la Gobernación adelanta un acuerdo de voluntades con la empresa risaraldense Infrapol, su aliado SOS Tierra y la asociación de recicladores Asopunto Verde, para la instalación de contenedores de almacenamiento temporal y aprovechamiento de Eco botellas, como un primer proyecto de ´Risaralda Ecológica´.
Pero para hacerse una idea de por qué llenar una botella plástica con los empaques de snacks, arroz, frijoles, y los demás que diariamente consumimos, realmente aporta a la protección ambiental; Rene Yepes director Operativo y fundador de Infrapol, a quien se le podría comparar con una especie de ‘Rey Midas’ del plástico, quien con cuya iniciativa de transformación evita que toneladas de este material lleguen al relleno sanitario o a las fuentes hídricas del departamento, cuenta el proceso para lograrlo.
Lo primero que indica René es que junto con SOS Tierra, tienen alianzas con instituciones, empresas y entidades como ahora con la Gobernación, además de conjuntos cerrados, colegios y universidades, donde se hace sensibilización ambiental, se enseña a separar y el material es recolectado por la organización de recicladores Asopunto Verde.
“El material recopilado se lleva a la ECA o Estación de Clasificación y Aprovechamiento de la organización de recicladores, allí es donde separan los materiales y el plástico No. 5 o polipropileno y el laminado, que es el que llega a la fábrica”.
Una vez en la fábrica, inicia el proceso de aglutinado, donde el plástico se convierte en materia prima, después de esto se extrusa (se funde entre 180 y 200 grados centígrados) y cuando está líquido pasa al molde, entra al agua fría y en el contraste de temperatura se solidifica y se convierte en madera plástica.
“Al convertirse en madera plástica hay dos líneas comerciales, una que se llama bioconstrucción que es para el desarrollo de casas en plástico y otra que se llama carpinplast o madera plástica, para hacer mesas, bancas, juegos infantiles o cualquier elemento”, recalca Yepes.
Infrapol recupera un kilo de plástico por minuto sin presentar desperdicio y transforma alrededor de una tonelada cada 24 horas.
“Evitamos que cada 24 horas, lleguen al relleno sanitario 200.000 empaques de snacks, y estos 200.000 empaques convertidos en madera, equivalen más o menos a 10 árboles de 25 cms por 3 metros de alto que no son talados”.
Pero Infrapol no solo aporta a la protección ambiental de Risaralda, también mueve la economía del departamento al generar 12 empleos directos y 40 indirectos. Hoy es una empresa que lleva 5 años legalmente constituida, pero 21 desde que su fundador decidió apostarle a una iniciativa diferente, que para muchos no parecía viable.
“La gente tiene una mala percepción cree que el plástico es basura, pero que no lo es, es materia prima para construir una ciudad sostenible”, puntualizó.
Sentido altruista
Camilo Varón administrador de Infrapol, resalta que al relleno sanitario La Glorita, llegan en promedio 100 toneladas diarias de plástico, y la capacidad instalada de la empresa solo alcanza para reusar el 1% del plástico que se genera en la ciudad, por lo que han compartido y transferido su conocimiento, convencidos que se requieren más plantas que hagan la transformación, pues hay exceso de materia prima.
“Nosotros entendemos que se necesitan más empresas, ampliar el consumo de productos en madera plástica y cambiar la cultura y la mentalidad para evitar que todo ese plástico llegue al relleno sanitario o las cuencas hídricas; además de ser un producto de alta durabilidad y con un bajo costo ambiental”.
Un futuro promisorio para la construcción
Juan Pablo Trujillo Lemus, decano de la Facultad de Ciencias Básicas de la Universidad de Pereira, manifestó que desde el grupo de investigación de Bioingeniería y Ciencias Forenses “estamos apoyando a Infrapol en la caracterización y estudio de las propiedades de estos materiales, entre estos los ladrillos de madera plástica, lo que tendrá un impacto muy grande en la sociedad, en la construcción, en el desarrollo sostenible de la región y el país”.
De igual manera Esteban Torres, estudiante de Ingeniería Física quien enfocó su trabajo de grado en el estudio del material producido en Infrapol, destacó que “hicimos pruebas de tracción, flexión, complexión, dureza, presión y concluimos que este material en efecto suple las características de ciertas maderas usadas en construcción y que permite realizarlas en pocas semanas”.
Vivienda plástica
En la vereda La Cima del municipio de Dosquebradas, Infrapol construyó una vivienda con ladrillos plásticos, en ella reside José Hernando Cabrera, quien cuenta que junto con su hija decidieron apostarle a este tipo de construcción tanto por aporte al ambiente, como por costos y buscar algo diferente a lo convencional.
Durante 3 meses se realizó la construcción de 300 metros cuadrados con una terraza de la misma área y un total de 17.500 kilos de plástico transformados y usados.
“Simplemente hay que tener la mente abierta, porque el mundo todos los días está cambiando, y hay que tomar los riesgos y oportunidades y nos decidimos a construir en este material, porque era mucho mejor en cuanto a costos y además para darle otro ambiente y color a la construcción, y se está aportando en reciclar”.