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La hidratación es esencial para mantener un buen estado de salud, y en esta temporada de calor, cuidar nuestro consumo de líquidos se vuelve aún más relevante.
La respuesta es clara: más que concentrarse en alcanzar una cifra específica, lo importante es distribuir la ingesta de líquidos a lo largo del día. No se trata necesariamente de consumir dos litros completos de agua de una sola vez, sino de mantener una hidratación constante a lo largo del día.
Con la llegada del ola de calor, las altas temperaturas aumentan el riesgo de deshidratación. Por ello, es fundamental beber agua regularmente para compensar la pérdida de líquidos a través de la transpiración. La necesidad de líquido puede variar según el individuo y las condiciones ambientales, pero en general, se recomienda mantener una ingesta de al menos 2 a 2,5 litros diarios.
La clave está en mantenerse hidratado a lo largo del día, especialmente durante las épocas de calor intenso. No se trata solo de beber agua cuando se siente sed, sino de establecer una rutina de consumo de líquidos para garantizar un adecuado equilibrio hídrico en el organismo. Ante cualquier duda o síntoma de deshidratación, es importante consultar con un profesional de la salud.