Luego de la muerte violenta de Pancho y Chita ocurrida el 23 de julio pasado y sin resultados de una supuesta investigación que se dilata y se dilata, pareciera que de manera intencional, el traslado de Yoko a Brasil que deja una nostalgia infinita en el corazón de muchos pereiranos, trae a la memoria colectiva el vil asesinato de los dos chimpacés. Aún no nos dicen quién dio la orden para disparar, pero todo nos imaginamos quien fue, pero eso no es suficiente y de la investigación nada, de nada.
Yoko, el único chimpancé que se encontraba en Colombia, ya está en Brasil, dicen que vivirá en un santuario para los de su especie, en un parque nacional; pero es tan "humano", que quien sabe si después de tantos años, acostumbrado a otro ambiente, a otra vida, a otro entorno sin los de su especie, pueda adaptarse.
Yoko, el único chimpancé que se encontraba en Colombia, ya está en Brasil, dicen que vivirá en un santuario para los de su especie, en un parque nacional; pero es tan "humano", que quien sabe si después de tantos años, acostumbrado a otro ambiente, a otra vida, a otro entorno sin los de su especie, pueda adaptarse.
A los pereiranos nos queda la nostalgia de la despedida de Yoko, pero también la rabia en el corazón por el asesinato de Pancho y Chita, nadie volvió a preguntar por la investigación, ninguna autoridad volvió a comentar nada; lo cierto es que en este país ha habido asesinatos de presidenciales y no hay resultados concluyentes; qué se espera del vil asesinato de dos chimpancés, indefensos y vulnerables.
¿Quién dio la orden de disparar?
